“La dicha es un castillo con un puente de cristal,
camina suavemente si lo quieres alcanzar.
Acércame tus labios sin odio, sin rencor,
desecha tus temores y entrégate al amor.
Tu íntimo secreto a nadie le confíes,
que el mundo siempre ríe y es muy calumniador.
La dicha es un castillo con un puente de cristal,
de mil que lo cruzamos, dos o tres suelen llegar.
Ven, mira que hermosa está la luna,
ven, reclínate en mi corazón
Ríe, que nuestro enojo pasará
y un beso colmará mi desesperación.
…
La dicha es un castillo con un puente de cristal,
por él va mi cariño, acompáñalo a llegar,
acompáñalo a llegar.”